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Estamos acostumbardos a que los djs internacionales vengan y toquen una horita o dos evitando el desgaste, de la misma forma que vienen a nuestro país algunos futbolistas sudamericanos. Pero Damian Lazarus no es un dj ordinario, el creador de Crosstown Rebels es un investigador de la música, alguien que disfruta, descubre y comparte pistas (mad raw wicked) de house y techno en sesiones maratónicas, como tiene que ser, como fue en Detroit, en el origen, la permanencia del espíritu de esas noches en naves industriales o en clubs subterráneos.
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Nunca yéndose por temas comerciales, sino extrayendo ese petróleo secreto, Damian se adapta al momento sin sets preestablecidos (lo oí en Secret Sundaze en verano y no creo que haya tocado una sola track que tocó en Move). Rifándose por 5 horas (pero que por él pudieron haber sido más) en un tugurio mexicano como una vulva desgarrada, con el beat descollante del under-londinense. Techno lives forever. Salvando las distancias, me recordo a Bob Dylan en su presencia escénica, sin condescender a zalamerías y a vanas lisonjas, con un estilo dandy solo que ghetto. A lo que va. Y va bien, pese a estar en una cueva condecci con cien blokes empastillados y un par de chicas difusas. Lazarus levanta la noche, justo cuando piensas que Teknotitland está muerto.
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